El fragmento publicado, no forma parte de la estructura de "Espéculo para armar", pero sí de un apéndice, que contiene documentos y otras evidencias de incalculable valor, que sirvieron en su momento, a Eduardo Wolfson, para dar contexto a la existencia del Licenciado Bernardino Espéculo
Descargo por
supuesta complicidad con un equino extremista.
Sr. Juez: yo, Fernando Guerra
Madrid y Orbe, como presidente de la firma All Advertising, comparezco
voluntariamente y por escrito ante su honorable juzgado, para deslindar
formalmente, toda responsabilidad por los hechos protagonizados por un equino
traidor, del cual, debo confesar con vergüenza, que soy su locatario.
La bestia, a la que me refiero,
encontró la muerte el día 2 de abril próximo pasado, fusilado por las fuerzas
de seguridad capitalinas, en un acto que no me encuentro calificado para emitir
opinión.
Confieso, mi total ignorancia
acerca de que en el momento trágico, el cuadrúpedo circulaba por el pleno
centro de la ciudad.
El animal en cuestión, era un
caballo de tiro, perteneciente a don Agapito Baldovinos, afamado vareador y
gentilhombre de nuestra ciudad, quien me exige, mediante documentos
fehacientes, su inmediata restitución, a fuer de constituirme en su querellado,
reclamando daños y perjuicios, más la accesoria por daño moral.
Molestar por trivialidades a su
señoría, se encuentra muy lejos de mi ánimo. Si me tomo semejante atrevimiento,
es porque Don Agapito, sufre denodadamente por la pérdida, del que él creía
hasta hoy un decente y noble alazán, sin poder asumir en su corazón, que el
desvelo de sus cuidados, fueron prodigados a un alto traidor a la patria, que
ha encontrado su condigno destino.
La historia: El corcel en cuestión,
completaba un paquete alquilado a mi empresa por la Organización Profesional
para la Trascendencia ,
que dirige tan dignamente, el Licenciado Bernardino Espéculo.
La idea original, era que el
jamelgo formara parte de un desfile, cuyo objeto fuera promocionar los
productos y servicios que dicha organización brinda.
Debo aclarar a su señoría, que a
esta altura de los acontecimientos, ni el señor Agapito Baldovinos
(propietario), ni Fernando Guerra Madrid y Orbe (locatario), ni tampoco el
Licenciado Bernardino Espéculo (cliente), tenían la más remota idea, que
ingresaban en sus transacciones a un infiltrado disolvente de la más corrupta
izquierda, que me animaría a calificar de antioccidental y anticristiana.
Tengo entendido, por boca del
mismo Espéculo, y porque lo he visto en directo por televisión, que la marcha
se llevó a cabo felizmente, y que todo su transcurso fue integrado por el
aludido animal. Ahora bien, su pista se pierde 48 horas después de iniciada la
promoción, y reaparece, en el centro de la ciudad, tirando un sulki de mi
propiedad, conducido por dos mapuches, quiénes fueron contratados directamente
por el Licenciado Espéculo, sin pasar por mi intermediación.
Lo narrado muestra a las claras,
que tanto el Licenciado Espéculo como yo, fuimos victimas inocentes de una
conspiración para atentar contra nuestros valores. (Caballo y mapuches, se
juntaron a través de distintos contratantes para aparentar que no se conocían)
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