Gran anuncio para el último día de 2012.
El Licenciado Bernardino Espéculo, desea vender simbólicamente, a los seguidores de "Elquevacontando", lotes en la trascendencia.
Pasada la fecha límite que mostró a los Mallas como una tribu poco seria, Bernardino, siente la necesidad de reparar las heridas que esa predicción produjo en los humanos incautos, inocentes e ingenuos. Por eso decide deshacerse sin especular, de los lotes de su propiedad ubicados en la trascendencia, continuando el camino de sus políticas absolutamente altruistas. Él nos dice, que en la trascendencia no se roba, no se viola, no se hiere, no se mata, y sobre todo no se muere. Dichos lotes poseen las medidas que usted desea, no pagan impuestos, y no necesitan ser escriturados.
Bernardino: grabado
en sesión de análisis
El mío,
será el último epitafio que se escriba en el planeta, y dirá: “El tiempo y el espacio, quedan abolidos”.
No crea, mi querido psicoanalista, que este epitafio se contradice con mi
creación, me refiero a la trascendencia. Siempre que he aludido a ella, la
conecté a la vida humana.
Fue el
imaginario colectivo, el que por su propia ignorancia necesita creer, entonces
construye la idea “trascendencia”, en el interior de otra que cree superior,
hablo del espacio y el tiempo, y por eso, supone automáticamente que estos
elementos también son trascendentes.
Nada más
erróneo, lo demostró ya Einstein, Freud, y Dalí: “El tiempo y el espacio tienen su propia dinámica”.
No hay
mal que por bien no venga. A veces me pregunto, que hubiera sido de mi vida si
mis padres no realizan ese viaje a Europa para ayudar a mi hermana recién
casada, que se instalaba en la embajada parisina. ¿Cuál sería mi destino, si mi
padre no sufre el infarto y la posterior demencia que me eyectaron al mundo,
abriéndome al conocimiento de los más disímiles misterios? Estoy seguro, que de
no existir esos episodios particulares, nuestro país no ocuparía el lugar que
tiene en el concierto de las naciones. En estos eventos, podemos encontrar el
germen que dirige mis habilidades, en una primera etapa, hacia la perfección
del apoyo logístico.
Extraído del libro inédito de Eduardo Wolfson "Espéculo para armar"
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