"Siempre que llovió...
Capítulo XV
El camino del preparador físico
hacia el estudio mayor fue galardonado por aplausos.
La gente, agolpada en los
pasillos y las tribunas, forcejeaba, con el deseo oculto de aparecer en
pantalla.
Luciendo una cabellera extendida
y platinada lo esperaba en el plató la actriz devenida en conductora.
Los cuerpos se aproximaron, se
abrazaron y mantuvieron su posición por unos segundos. Ella, besó las mejillas
al director técnico del equipo campeón mundial en básquet para discapacitados.
Se apoltronaron en un sillón de dos cuerpos, la dama cruzó sus piernas, luciendo
para la audiencia la desnudes de sus muslos, y la tersura de su última
depilación. Cuándo cesaron los aplausos
llegó la introducción:
- Quiero agradecer tu presencia
en mi programa, y también felicitarte por tu profesionalismo, tu dedicación y
por la alegría que has brindado a nuestro pueblo con esta copa mundial en
básquet para discapacitados.
Pero lo cierto es que hoy, no te
hemos convocado para festejar esta felicidad que has sido capaz de derramar en
nuestras vidas, sino para hablar de Virginia y su futuro.
Las luces se atenuaron, la entrevistadora, en
silencio transfiguró su rostro y trató de ocultar las piernas, alisando la poca
tela de su vestuario.
- En un acto de arrojo, cada vez
que lo pienso me pone la piel de gallina, una niña argentina de condición muy
humilde, a los 10 años sufrió la amputación de ambas piernas por salvar la vida
de su compañerito.
Esta pequeña con su acción y con
su temple nos está dando una de las grandes lecciones de la vida, pero al mismo
tiempo no podemos dejar de visualizar su tragedia, y creo que tenemos la
obligación de pensar en su futuro. Te pregunto sin hipocresía en mis palabras,
por lo cual mi opinión, puede ser juzgada por críticos inexpertos, como una
interrogación muy dura: ¿Puede tener alguna esperanza de desarrollar una vida
digna una muchacha que perdió sus extremidades?
El
entrenador contrajo los músculos maseteros, el gesto iracundo no pasó
desapercibido para un primerísimo primer plano. La cámara redujo su impacto,
cubriendo una imagen más general. El entrevistado pasó uno de sus brazos sobre
el respaldo del sofá, se acomodó en un hueco de este y al fin musitó:
-Comparto
todo ese dolor que tan bien acabas de relatar, pero te debo decir, que yo
siempre me he criado en el optimismo, en mi casa paterna para todas las
desgracias encontrábamos consuelo en la religión, aún hoy, a mis hijos les
inculco que siempre tengan fe, que la fe como bien se dice por ahí, mueve
montañas.
En
cuanto a esta nena Virginia, estoy seguro que va a poder desarrollar una vida
normal, intensa como la de cualquier otra criatura y hasta si quiere, practicar
deporte y ser competitiva, llegando a tener grandes satisfacciones. Todo esto
que digo no es por compromiso, sino porque estoy persuadido que así será, y como
dicen los leguleyos, a las pruebas me remito, y ellas hoy, dicen que en
deportes, los argentinos tenemos a los mejores paralíticos del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario