DISCURSOS PARA
MÉDICOS (primera parte)
Queridos
profesionales de la salud: así como muchos jueces suelen decir que hablan por
sus sentencias, ustedes pueden hacerlo a través de su parte médico. Si bien
este modo de expresarse, puede parecer ético, honesto y apropiado al juramento
hipocrático hecho en su momento, resulta totalmente improcedente para el
marketing y promoción de sus facultades. Es decir: que si usted opta por callar
se expone a juicio por mala praxis sin haber existido jamás. Si usted opta por
hablar, se expone al mismo juicio, pero firmando autógrafos y ganando millones.
Supongamos
doctor, que usted es directivo de un afamado sanatorio privado, de esos que
tienen un servicio de hotelería y gastronomía de cinco estrellas. Siente su ego
más que satisfecho, al experimentar que su actividad profesional dispone de una
base sólida para el desarrollo. Pero ¡ojo! estimadísimo galeno, ya lo dijo un
anciano, célebre, de barba blanca:
"lo sólido, a veces se esfuma en el aire".
Usted no
puede dormirse en los laureles cuando su vida y trayectoria se encuentran en
permanente amenaza. Suponga que un fin de semana cualquiera, su imponderable
nosocomio es elegido, por una vedette famosa que ha caído en desgracia, para
internarse de urgencia. O peor aún, que el lugar de la vedette lo ocupe un ex
jugador internacional de fútbol, amado y odiado por distintas Barras bravas de
club's. ¿Está usted seguro que tanto su establecimiento, cómo sus recursos
humanos, se encuentran habilitados para contener semejante situación? De no ser
así, su servicio cinco estrellas, se convertirá sin etapas y en un segundo, se
lo garantizo, en un servicio cinco cruces.
Vamos,
no lo tome a mal y veamos que variables debemos sopesar:
1) seremos
invadidos por:
periodistas, público, parientes, cholulos, otros internados, parientes de otros
internados y por supuesto, la o el paciente.
2) Batería que
disponemos para manejar la invasión: partes médicos, voceros, especialistas, personal de
seguridad, de limpieza, enfermeros.
Doctor,
si usted se queda relajado porque sabe que dispone de todos estos recursos
humanos para frenar el pandemonium, permítame que le diga, y no se ofenda, pero
usted mi distinguido facultativo se ha quedado en la medicina del 45. Tenga en
cuenta la época que nos toca transitar. Antes, el pase a la inmortalidad de una
figura trascendente lo anunciaba una voz engolada por la radio, y al día
siguiente, en las necrológicas de los matutinos se destacaba una semblanza
llena de ternura y de tristeza sobre el vacío que provocaba la ausencia del
finado o finadita. Pero en la actualidad, mi garboso catedrático, el mundo
comienza a planificar el desenlace, aún antes que se produzca la insinuación
del primer callito en la personalidad, que algún día, acogerá un lecho en su
notoria corporación. Lo que deseo explicarle, y tiene que entender, mi noble
sacerdote del arte de curar, es que su éxito, no pasa por la defensa de la
vida, sino por el mantenimiento de la propiedad, que las candilejas y las luces
del centro, que otrora, le han hecho mal a alguna jovencita de los arrabales,
hoy encandilan todo el escenario, y por más crisis energética que haya, no se
apagan nunca. Por eso, para estar a salvo, debe cambiar en un abrir y cerrar de
ojos sus criterios de elección. Deseche sin pestañear al mejor de los
cirujanos, y en su reemplazo, emplee los servicios de un escenográfo con
experiencia, de un buen iluminador y sobre todo, un coreógrafo full-time que
contribuya a la estética de la circulación en escena.
Resultará indispensable que el personal bajo su mando, ya
sean estos, profesionales o auxiliares, luzcan impolutos. Este exabrupto, solo
se obtiene con atuendos, hábilmente diseñados, para ser capaces de exhibir una
imagen corporativa potente y vigorosa, por lógica consecuente, también
saludable.
No es conveniente que la sala de conferencias de su
establecimiento, sea tomada por asalto por los medios de comunicación. Para
ello, recomiendo colocar una cartelera sumamente extensa, anunciando
exposiciones a toda hora, a cargo de personalidades internacionales del mundo
de la medicina. Con esta medida y dos guardaespaldas, la prensa, no tendrá otra
alternativa que quedarse en la vereda, incluso cortar la calle, lo que
provocará un efecto multiplicador de miradas, que traducido a un lenguaje
publicitario: diré que le redituará “el más bajo costo por punto de contacto”.
Cuando se tenga que hablar con la prensa, siempre sea
usted el vocero, pero rodeado por su
equipo de especialistas. Las primeras palabras, serán hilvanadas, reconociendo
el esfuerzo de los movileros por informar, y al mismo tiempo, excusándose por
no poder brindarles una información lo suficientemente clara, debido a las
circunstancias coyunturales de la terapia
Ejemplo <Comprendemos la necesidad que tienen ustedes
por informar, por eso ordené que se les entregara un parte médico sobre la
evolución que registra la salud de nuestro querido paciente. Por las pocas
horas que han pasado desde el suceso, no puedo ampliarles mucho más de lo ya
escrito
Dentro de su estado delicado, experimenta una sólida mejoría,
encontrándose lúcido. Su estado de ánimo, es controlado desde el momento de la
internación, por el equipo exclusivo de terapeutas del establecimiento. Debo
aclararles que el celebre deportista, recibe de parte del equipo del nosocomio
(con su mano, dibuje un abanico abarcando a los colegas que lo rodean), la
misma atención que cualquier otro ser humano, fieles a la filosofía que siempre
nos ha guiado, la cual podemos resumir en estas palabras “Servicio y amor a
nuestra comunidad”. >
Un
médico que se precie de tal, puede ignorar las claves de la salud, pero lo que
no puede dejar de lado en el siglo XXI es su habilidad con el marketing.
Eduardo Wolfson
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