sábado, 10 de octubre de 2015

Todavía no hemos cosechado el derecho a comenzar

Aquí comienza este mejunje
que es simplemente el mundo en que vos y yo vivimos.
Aquí comienza.
Y hasta aquí llega mi esperanza o la tuya,
o la de aquel pibe que da sus primeros pasos,
en esto conmensurable, quizá el bien más escaso,
que llamamos vida.
Pero recién inauguramos este mejunje,
nos queda todo el tiempo para atravesarlo hasta
el mismísimo final.
Sabremos de la despedida, te lo aseguro.
Nuestra cuidadora dejará su sombra en la puerta entreabierta.
Nos mirará con sus ojos negros respetando ladistancia.
Sabemos lo que está esperando, sembrándonos de dudas.
Aquí se entabla este mejunje, el mundo en que vos y yo vivimos.
¿Quedará tiempo para hacernos preguntas?
Escucharemos el golpeteo seco de la puerta cerrándose
La puerta quedará definitivamente cerrada cuando ella se retire.
¿Luego luchará la memoria contra el intruso olvido?
Aquí se origina este mejunje
Será un escenario sin árbitro ni relatores.
Se desdibujarán los rostros, y de inmediato sus nombres.
Estarán presentes los ojos de la piba sonriente, anunciando una lágrima

derramada en nuestro rostro.
Sentiremos un viento, un último viento frío.
Pero ¿cómo puede ser? Si puerta y ventana están cerradas.
Parece que cuento el final de este mejunje, pero no quiero.
Todavía no hemos conquistado el derecho a comenzar.
Todavía no hemos asaltado el derecho a comenzar.
Todavía no hemos derrotado el derecho a comenzar.
Recién aquí despunta este mejunje
La luz se convierte en tiniebla y la tiniebla en oscuridad.
Aquellos ojos de la piba sonriente ya no están
Aquí arranca este mejunje, ¡grito!
Como un tornado que todo lo da vuelta,
la oscuridad pasa a ser nuevamente tiniebla, y ésta luz, resplandece.
Todavía no hemos sujetado el derecho a comenzar.
Aquí recién ataca este mejunje, y
todavía no hemos alcanzado el derecho a comenzar.

                                Eduardo Wolfson







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