viernes, 25 de mayo de 2012

No es moco de pavo


De "Espéculo para armar", libro inédito de Eduardo Wolfson, extraemos el siguiente fragmento:

                       Preparando la encuesta
                          Espéculo recibe a un sociólogo marketinero
- Muchas gracias Licenciado por recibirme y disculpe mi atrevimiento...Debo serle franco.... Yo pedí la entrevista, pero nunca imaginé que usted iba a acceder...No se imagina lo conmovido que estoy...Hace varios años que yo sigo de cerca su carrera, el derrotero de sus emprendimientos...No se ofenda, pero debo decirle que usted es alucinante...Yo estaba por ingresar a la facultad cuando lo descubrí...fue por televisión, cuando hizo el primer work-shop...quedé fascinado. Desde ese momento no le perdí pisada...Y ahora estoy frente a usted, me parece un sueño, si me dan ganas de pellizcarlo para ver si es real...Sí, discúlpeme, se que su tiempo es valioso, trataré de ir al grano...Pero justamente es de eso de lo que se trata...No del grano, no, sino del tiempo....Me parece genial, lo de vender espacios donde el tiempo no moleste. Cuándo lo vi, yo que en forma constante dibujo curvas de ofertas y demandas, me dije: aislar el tiempo no es moco de pavo. Es lo que nos puede permitir masivamente y también en forma individual, ofrecer el tiempo faltante, o el perdido, o el mal gastado con angustias de la adolescencia, o simplemente para tenerlo depositado y esperar de él un rendimiento.
¿Pero no se da cuenta?, lo que pienso, lo logré gracias a su obra, al terremoto que produjo en nuestro mundo... Pero eso, no significa nada sino lo ponemos en valor y en mercado.
Debemos realizar encuestas, necesitamos saber cuales son las formas que debe adoptar el producto para cada público, hay quiénes lo preferirán sólido, otros líquido y no faltará algún loco que pretenda tenerlo gaseoso, por eso debemos pensar en el envase. ...Si, ¿Cómo vamos a envasar al tiempo, ¡Eh!? ¿Será en sachet, en botella, en tableta?, o tal vez en aerosol.
Gracias a usted, mi admirado Licenciado Espéculo, nosotros somos los propietarios de la categoría más importante del mundo: “el tiempo”. ¿Se da cuenta?, manejando el tiempo podemos sacar o dar espacio a la gente para hacer algo. Reponer el tiempo de desgaste que el mismo tiempo produjo en el amor y pasión de las parejas. Piense, ¡por favor licenciado!, que somos dueños de un producto y sus múltiples derivaciones. ..Si, claro, disculpe, es la emoción mezclada con la exaltación, lo que origina que hable en plural. Es usted, y solo usted, el dueño de la categoría “tiempo”.
Pero con mi idea, podrá ser parte de su stock el tiempo real, el tiempo heroico, el intervalo, el tiempo para matar, el tiempo anticipado y el tiempo para ganar, que seguro comprarán todos los banqueros y el tiempo de llorar, que será para los ahorristas, tendremos las estanterías llenas de tiempo de espera para que lo adquieran los gobiernos con muchos jubilados, o las asociaciones de jubilados con poco gobierno, de buen tiempo que seguro se agotará el día de la primavera, de tiempo perdido y de tiempo para pasar. Venderemos, Bernardino.... Sí, le pido nuevamente disculpas, sucede que lo encuentro tan cercano, como si nos conociéramos de toda la vida, que casi espontáneamente me surge el tuteo. Pero tiene toda la razón..., lo llamaré Licenciado Bernardino, sino le parece mal. Claro... Le decía que venderemos tardanzas, lentitudes y prisas, también para los de pocos recursos necesitaremos poseer grandes cantidades de tiempo efímero, que será el menos costoso pero el más pedido, en contraposición y paradójicamente a toda ley del mercado. En todo caso diré, que es solo la excepción que confirma la regla...¿Qué?...¿Quiere que le haga una encuesta a la mujer de la limpieza?...¿Para qué?...No, no es que no la sepa hacer, pero me sorprende...¿Por qué?...sí, veo que la mujer está aquí ... Quiero advertirle licenciado Bernardino, que una encuesta se puede formular por cuestionario o entrevista, pero que en cualquiera de sus formas, el realizador, en este caso yo, debe tener en claro la variable independiente, que en esta oportunidad trata de verificar los alcances y la aceptación del maravilloso descubrimiento que usted posee. Para ello y abreviando, la batería de preguntas que formule a la señora, tendrá que contemplar el contenido de las mismas, el objeto de la interrogación y también, la posible ausencia de respuestas, dadas las características del personaje que  quiere que interrogue....Sí, si, no lo tome a mal, disculpe mi verborrea, no olvide que soy sociólogo...Sí, ya comienzo....Haber señora, deje ese agua jabonosa y el trapo de piso por un momento que le voy hacer unas preguntas...No, está bien, si el secador no quiere dejarlo porque está cómoda apoyada en él, no tengo objeción...
Bueno Licenciado Bernardino Espéculo: tenemos aquí, a una persona que a simple vista, encaja dentro de los siguientes parámetros: sexo femenino, tez aborigen, edad entre 40 y 50 años, instrucción deficiente o inexistente, con un alto grado de necesidades básicas insatisfechas. ...Sí, sí, no se impaciente por favor..., paso a las preguntas

·        Haber señora, ¿realiza usted con frecuencia este trabajo?” /sí,  efectivamente, todos los días menos los domingos./¿Desearía usted trasladarse a otro trabajo?/ ¿Por qué me van a despedir?/ Nadie le ha insinuado eso señora, solo me interesaba saber, si en el caso de que tuviese otro trabajo ¿Quisiera ahorrar el tiempo de traslado?/ No, no tengo otro trabajo/ Pero usted, quiere tener otro trabajo/ No, no quiero/ ¿Debe usted ganar muy bien, le debe alcanzar para todas sus necesidades?/ No, no me alcanza./ Usted cree que no tiene otro trabajo ¿Por qué le falta tiempo para buscarlo?/ el tiempo nunca falta señor, simplemente no quiero otro trabajo/¿Le gusta quedarse en su casa?/ si, me gusta /¿Quisiera disponer de más tiempo para quedarse en su casa/ No necesito más tiempo, si quiero quedarme me quedo/ Pero no me va a negar, que quisiera poseer un tiempo chiquito para asistir a una linda fiesta/ No necesito el tiempo chiquito, necesito la linda fiesta/¿ Le preocupan los datos del tiempo que cada mañana nos brinda el servicio meteorológico?./ No / ¿Para usted es lo mismo que llueva, que sea un día soleado, que las temperaturas sean extremadamente elevadas o frías? / No / Entonces no le interesaría ¿poder cambiar los pronósticos del tiempo a su conveniencia? / No / ¿Por qué? /Porque los árboles, los animales, los hombres y la madre tierra necesitan todas esas cosas, así como están repartidas para la vida/...
Sé que estoy gritando Licenciado Espéculo, lo siento mucho, pero las encuestas tienen validez cuándo su universo está poblado de gente con sentido común. Pero como usted puede apreciar esta mujer es una perfecta burra, más dura que una piedra, imposible de tallar diría. Es tan ignorante, que es incapaz de diferenciar aquello que la beneficia.
/Señora no estoy dispuesto a perder un segundo más de tiempo interrogándola, así que queda usted en libertad/ Señor, no se preocupe, usted ni nadie puede perder el tiempo porque estamos en él.
¿Por qué se ríe Licenciado?, su carcajada me hiere...Sí, disculpe, ya me voy.

martes, 22 de mayo de 2012

No es moco de pavo


Guión del documental “Un hombre llamado Bernardino”
Entrevistada: Emilse Supervielle
El texto del siguiente guión, fue extraido del libro inédito de Eduardo Wolfson, "Espéculo para armar".

(PRIMERÍSIMO PRIMER PLANO DE LA ENTREVISTADA)
Emilse            -Yo pertenezco a la primera camada de graduadas del instituto de capacitación, formado por la Organización Profesional para la Trascendencia. Así que tuve la suerte de conocer personalmente al Licenciado Espéculo. Al principio, él mismo, tenía a su cargo el dictado de varias materias. Le puedo asegurar que era un placer enorme asistir a ellas. Era muy didáctico, siempre aprendíamos algo nuevo. Nuestro conocimiento crecía, como cuando los pétalos de un pimpollo se abren para convertirse en rosa.
(TRAVELING PEQUEÑO FINALIZANDO EN UN PRIMER PLANO DEL ENTREVISTADOR)
Periodista      -¿Cuáles son las condiciones de ingreso?
(PRIMER PLANO DE LA ACADEMIA, QUE SE DESVANECE, PARA TOMAR LAS FIGURAS DEL PERIODISTA Y FINALMENTE, LA ENTREVISTADA)
Emilse            -Hay examen y  es muy riguroso.  Consiste en una revisación física.
Periodista      -¿Es un chequeo completo?
 Emilse           -No, no me entendió, el estado de salud no se toma en esta etapa, se trata de una verificación de los estándares estructurales. Nuestra presencia y medidas, deben responder en un 100% a lo planteado por un formulario impreso. De no ser así, la aspirante queda inmediatamente eliminada. Las seleccionadas somos altas, delgadas, con busto y nalgas apenas insinuadas. Cumplidos los requisitos, ingresamos al instituto becadas. Disponemos de una asignación, un lugar de convivencia y de una salida mensual en grupo y supervisadas.
Periodista      – En esas salidas se encuentran con sus afectos
Emilse            -¿Se refiere a nuestras familias? El contrato impide establecer cualquier tipo de acercamiento con la progenie, la disposición incluye las cartas y llamados telefónicos.
Periodista      – Los espectadores pueden pensar, que más que un centro de enseñanza, lo que usted describe puede ser una cárcel
(MIENTRAS EMILSE RESPONDE, LAS CAMARAS TOMAN UN PANEO DE LA INSTITUCIÓN QUEDANDO LAS VOCES EN OFF)
Emilse            - ¡No!..., ¿por qué dice cárcel? Todo lo contrario. El instituto se encuentra en un sitio muy bello. Es un campo entre sierras, donde una mira y ve verde, árboles frutales y puestas de sol magníficas. Las habitaciones son individuales, y las comidas, responden a un plan de nutrición perfectamente balanceado. Piense usted, que se está adquiriendo conocimientos con una salida laboral pre-pactada.
Periodista      – Pero podemos pensar en conductas sectarias.
Emilse            -¡No!..., usted tiene muchos prejuicios, tampoco se trata de una secta, ni de lavado de cerebro, ni mucho menos. Digamos que es una carrera intensiva de 18 meses, que nos da eficiencia en el campo profundo del análisis y marketing para la trascendencia. Para la última etapa del curso, se nos entrega en una ceremonia los uniformes de salida. El programa exige, que esa indumentaria se utilice diariamente, al circular por pasillos, aulas, comedor y jardines del instituto, hasta finalizar la maestría.
Periodista      – ¿Podemos configurar su descripción con la de una academia militar?
Emilse            -¿Cómo se le ocurre pensar en una academia militar?, ¡por favor!, nada más alejado de la realidad. El fundamento de la disposición, se basa en la necesidad que tenemos de lucir aquellas prendas como si fueran una extensión natural de nuestros cuerpos. No se olvide que se nos entrena para difundir y materializar la trascendencia. Para ello es contingente disponer de todas nuestras armas perfectamente sincronizadas para acometer, cuando llegue el caso, a nuestro interlocutor. Porque como dice el licenciado Bernardino Espéculo: “antes de que comprendan la trascendencia, deben entender que son mortales, y eso es lo más difícil”(1). Como usted ve, la vestimenta es muy sobria, apenas un trajecito sastre, la pollera de un largo Chanel, la blusa de seda blanca. En el atuendo predomina un mesurado gris, que también se respeta en el calzado.
Periodista      – Puede darnos alguna información sobre las prendas íntimas
Emilse            -Si, es verdad, deduzco que no está mal informado, pero tal vez, a los pensamientos mal intencionados, les cueste visualizar la verdadera razón por la que no llevamos ropa interior. Simplemente este hecho se conecta con la libertad, es para no encontrarnos ceñidas por elásticos u otros adminículos que irremediablemente poseen los conjuntos de lencería. Eso no solo contribuye a la independencia de movimientos, sino que permite fluir nuestra naturalidad, alcanzando con ella los pensamientos de nuestros clientes. A los 18 meses, cuando finaliza el curso, recibimos el título de “Técnica general en proyectos trascendentes”. Dicho título nos habilita, para abordar bajo control, entrevistas previamente programadas por nuestros analistas. La organización nos posibilita un perfeccionamiento de pos grado, alcanzando master en diversas especializaciones (2).

Notas
(1)       La explicación de este concepto, se halla maravillosamente desarrollada, en la traducción desde el castellano al argentino tardío, de las célebres rimas de Gustavo Adolfo Bécquer, realizada por el Licenciado Bernardino Espéculo para su libro: “Transfiguración del salón en el ángulo oscuro”. En el lanzamiento del libro aludido, algunos de los presentes, pertenecientes a la Sociedad Central de Arquitectos, se sintieron defraudados, al enterarse que no se trataba de una publicación sobre diseño de interiores.
(2)       Hoy, La Organización Profesional para la Trascendencia, prepara a aspirantes de toda América, para colocar el abanico de productos, científicamente diseñados en sus laboratorios y talleres, incluida la lencería.

viernes, 18 de mayo de 2012

No es moco de pavo


Primera semana de noviembre de 2005. Entrevista a Bernardino Espéculo . Canal de aire, horario central.

-          ¿Es conciente qué su denuncia ha creado un conflicto internacional de insospechadas proporciones?
-          No es verdad, yo soy un científico, un empresario, o un hombre común sí usted quiere. Pero nadie puede acusarme de haberme metido en política
-          Pero todos hemos visto, que por sus manifestaciones, atravesamos un momento crítico, yo diría, al borde de la ruptura de nuestras relaciones con los Estados Unidos.
-          Los diplomáticos deficientes que poseemos buscan un chivo expiatorio.(1)
-          ¿Se considera usted una victima de oscuras conspiraciones?
-          Todos los dirigentes civiles en este país, resultan muy susceptibles.
-          No respondió a mi pregunta.
-          Solo le diré, que mi actitud intenta defender los miles de puestos de trabajo que hemos creado, y sus virtuosos efectos multiplicadores en la actividad
-          Pero ¿no es oportunismo aprovechar la prensa reunida en una cumbre de presidentes, para exhibir la ropa interior?
-          Es justamente el suceso el que lo amerita señor periodista.
-          ¿Se refiere a las envolturas mortuorias norteamericanas?
-          Más de cien mil envolturas, para ser precisos y engañar al público
-          Licenciado Espéculo, ninguna ley, que yo sepa, nos prohíbe importar esos adminículos 
-          Lo que usted llama adminículos, señor periodista, son elementos filosófica y culturalmente preparados para separar las partes de un todo en los países del tercer mundo.
-          Por favor, le pido que sea más explícito, a nuestra audiencia le es difícil comprender la terminología científica
-          Esas bolsas de supermercado para introducir seres no vivientes, sirven entre otras cosas para borrar la identidad, ¿lo entenderá, dicho de esta forma, su audiencia?
-          Claro. ¿Usted es un defensor de la identidad?
-          En tanto y en cuanto, la misma defina un perfil de país que cuide la trascendencia de sus habitantes, le diré que sí.
-          Me parecía extraño, que hasta ahora, sus labios no hayan pronunciado la palabrita trascendencia.
-          No es una palabrita, es mucho más que un concepto. Desde que nacemos, nuestras acciones se encaminan hacia ella, claro señor periodista que con diminutivos es imposible alcanzarla.
-          Retomemos por favor, ¿lo tiene sin cuidado, las represalias que los americanos puedan tomar, por su actitud, con nuestro país?
-          Usted y yo somos americanos
-          Me refiero a los Estados Unidos Licenciado.
-          No creo que puedan hacer mucho más. Ya nos vendieron más de cien mil bolsas de supermercados, que según ellos sirve para envasar mercadería inerte. Nos contaron sus ventajas: dicen que son apilables en un pequeño espacio, que poseen un sistema de cierre que deja lo envasado al vacío, que viene en tres medidas incluyendo el extra large, y que han probado su excelente diseño y calidad, en todos los países que sus tropas supieron visitar.
-          Quiere decir, que no visualiza un evento de proporciones para nuestro país.
-          El evento ya se produjo señor periodista, son esas cien mil bolsas que esperan despojos para esconderlos, equipararlos, masificarlos, estibarlos y quitarles todo vestigio de identidad.
-          Sus explicaciones me recuerdan al pasado
-          A mi no. (2)

Notas
(1)  Por estas declaraciones, la cancillería de nuestro país prohibió a sus subalternos, durante varios   años, adquirir lotes para su propia trascendencia. La medida fue dada de baja, cuando se comprobó, que el personal diplomático, sorteaba el obstáculo, comprando los lotes a nombre de testaferros
(2)  El Licenciado Espéculo señalará que esta entrevista fue parte del operativo de prensa, planificado por asociaciones pro-muerte en contra de la trascendencia. Las mismas, ha dicho Bernardino, abrevan            en una filosofía triste, que sostiene como centro de las conductas, al “recuerdo de las masas”, y no advierten que los cuerpos son calabozos para encerrar la identidad.

Se parece al poema


Juegos meteorológicos

Presagiaba el atardecer en el cielo plomizo. Sintió que la pena se acalambraba sin resplandecer el sol.
La marejada le trajo el espejismo de cerrar la herida. El aire tibio la ilusión de un feriado largo.
                Un remolino lo distrajo del sol, sirviéndole la frivolidad para secuestrar vírgenes.
El agua que en su momento bajó de la sierra, reposó escarchada cristalizando un limo verde, hemorrágico.
Las nubes bajas presintieron lluvia, el viento adhirió en sus prendas, diminutos, invisibles granos de tierra.
En las esquinas los tornados extraviaron su trayectoria, desacostumbrados a esquivar a tanto forastero.
A pesar de la tierra bien sembrada, no pudo evitar que el temporal segara al maíz antes de cosechar.
Anocheció, muy pocos vieron como el sol, una bola de fuego, se desplomó detrás de las vías, convertido en una píldora.
Aquella noche, los enamorados se sobrecogieron al ver caer una estrella, derramaron sus fluidos bajo algunas gotas pero, al fin, la lluvia fue amputada.
El temporal trajo un alboroto inesperado entre puertas abiertas, dejando apenas un frío modesto.
Entonces fue que oyó el estruendo de las siete trompetas, creyó ver el cielo limpio y el sol brillante. Sin embargo, nada pudo ocultarle al invierno.
Los visitantes con olfato percibieron el olor del ajo traído por la brisa. Pero él pensó en el sudeste, con la esperanza que se acabe el saqueo de la sequía.
Fue después que las aguas ardieron en la confluencia, por suerte el estallido del granizo las enfrió.
Mientras tanto, algunos extraños visitaron las playas de la ciudad y se sorprendieron al no encontrar el mar.
Los provocadores de pánico facturaron la idea del Apocalipsis, solo los distraídos, mirando las estrellas no advirtieron el pozo.
Afuera, los relámpagos jugaron a entramarse. Adentro, él espió un universo por el ojo de la cerradura.
Una nube muy blanca dividió al cielo ocultando al sol. Creyó entonces divisar religiosamente, el principio y el fin.
Las sendas anchas que acogieron al granizo se quedaron sin estrellas. En el horizonte sólo vio negrura.
La gran antorcha incendió al cielo de la rayuela. Del otro, como homenaje cayeron cenizas.
La lluvia pareció darle vida, pero el viento amontonó sus restos, quedando ciegos para apreciar la belleza del arco iris.
La ráfaga avivó el fuego, y la noche, no pudo ocultar otros tiempos en los mismos espacios.
El pampero sopló fuerte, empujó hacia la capital. No llevó truenos que avisen su paso.
Cuando volvió la calma a las calles, miles de hojas depositadas se hicieron colchón recibiendo el brillo de una luna llena. Pero él no lo advirtió, miraba televisión.
El fragor llegó del mar, mordiendo el polvo, cargando materias de desecho, regando flujos abisales. Se preguntó ¿se trataría del caos anunciando su derrumbe?
Las aguas del río y el océano chocaron, y toda la hierba verde fue espectadora de esa magnificencia.
La lluvia, el viento y el frío amainaron, pero el piquillín, lo acorraló en las calles con sus  nervios anudados.
Experimentó su mediocridad cuando el soplo del norte en lo negro. Divisó incendios reducidos y locura.
Pero la jornada fue diáfana, la bóveda celeste resplandeció magnifica aquel mediodía. Sin embargo, el aguacero llegó de afuera y de repente, sin resignar su turno para esconder nada.
La noche y el hombre, acostumbrados a las brisas marinas, se sacudieron atónitos cuando azotó el temporal.
Resistió con su optimismo. Se dijo que la primavera llega con la transparencia del manantial, toman fuerza los colores y el cielo se llena de azul. Es la estación perfecta para desdibujar los grises del ánimo.
Pero una voz interior lo alertó: después llega el verano, y trae la melodía del silencio, los calores, y también la sed, que se entremezcla con el polvo irrespirable y lucha por saciarse en un pozo de agua agotado.
Pensó que más allá del frío se respira una meteorología propia, la de la espesura desflorada.
Después de todo, con religiosidad, notó que la tormenta pasó como un rito propiciatorio. Dejó el fango que todo lo embadurnó.


Esa noche, un par de ojos, simularon para él, ser espejos de agua para que naveguen las estrellas. El amanecer aquietó las pasiones, y trajo el balbuceo de un mar que no adivinó sus orillas.
La luz solar del mediodía cegó a una ramita en el torrente.
La ráfaga se convirtió en vendaval, se quemaron campos, lo adivinó en el cielo.
Fue la nieve que le trajo insomnio y abstinencia, borrando cualquier traza o indicio sobre el páramo.
La cerrazón le predijo aguacero y, por último, la presencia espasmódica de su vida.
Después ya lo saben, el eclipse fue total. Jirones rojizos sangraron gráciles desde el cielo. El poniente, la lluvia y el calor ácido penetraron la eternidad.
La noche, a pesar de quedar inmóvil para los tiempos, no pudo ocultar los oídos descuartizados.
                                                                                                    Eduardo Wolfson



sábado, 12 de mayo de 2012

No es moco de pavo


El siguiente capítulo pertenece a: "Espéculo para armar" Libro inédito de Eduardo Wolfson
Entrevista a Empresario inmobiliario Cordobés 
por FM local.
-Me parece que solo estuvo 3 veces en la ciudad. Por lo menos, yo solo lo vi en 3 oportunidades…La primera vez, llegó hasta la inmobiliaria acompañado por un Coronel del regimiento, que ahora se me escapa el nombre… Si claro, era del regimiento de la ciudad.
El señor Espéculo estaba interesado en adquirir unas cuántas hectáreas de tierra en la zona. Buscaba, me dijo, algún campo alejado del centro urbano. Yo justo tenía unas tierras de poco valor que llenaban esos requisitos, se las mostré y se las vendí…. No, eso no sabría decirle, tendría usted que interrogar al profesional actuante en ese momento. ¿Cómo?...no yo no puedo informarle si pidieron que se escriture por el doble de lo que se vendió.
No señor se equivoca, mi misión terminó con el boleto de compra y venta y el cobro de la comisión correspondiente…Sí, recuerdo que me dijo que lo utilizaría como campo de sosiego. Yo, todavía contra mis intereses, le señalé que eso era muy grande y muy inhóspito para gozar el descanso. Él se sonrió, me saludó y se fue.
La segunda vez que vino fue cuando inauguró en esas tierras el cementerio privado, que él nunca lo llamó así… Claro que me invitó a la inauguración. La mayoría de los asistentes eran locales….Sí por supuesto, toda gente importante. Políticos, militares, las cámaras empresarias, periodistas y la Iglesia con el obispo y todo. …Sí señor, la explosión se produjo una semana después de la inauguración, y al otro día, lo vi por última vez.
No me voy a olvidar nunca, se agarraba la cabeza, se lo veía muy perturbado, estaba fuera de sí. Recuerdo que al coronel que lo acompañó la primera vez hasta mi oficina lo volvió loco, se acordó con todas las palabras que tiene el diccionario, de su familia incluida la amante. Decía: “pero hay que ser P…para bombardear una ciudad de esta manera, y que prácticamente no haya una multitud de caídos en combate”...No lo que se dice explicación, en el momento no dio ninguna, pero no dejaba de despotricar, hablaba solo, decía que perdió la cabeza cuando se le ocurrió hacer una operación semejante con provincianos. Que éramos ineficaces, que solo servíamos para tomar té de peperina… ¿Cómo dice? … Sí eso sucedió al rato. Una enorme caravana de camiones entró a la ciudad, los toldos que cubrían los acoplados tenían una inscripción…haber déjeme recordar…, ah sí, creo que era algo como que la “Organización Profesional para la trascendencia acompañará eternamente a los pobladores de Río Tercero en su nuevo camino”. Imagínese, nosotros no entendíamos nada, pero él cuándo vio los transportes, con una violencia inusitada empezó a revolear las mesas de la mejor confitería…sí no se preocupe no voy a decir el nombre, lo entiendo, sería publicidad y se la cobran a usted.
Mire no es porque yo lo diga, pero de ese exabrupto de este señor Espéculo, media ciudad fue testigo. Cuando se le pasó la viarasa, salió y paró a los camiones como para darles alguna directiva. Ahí muchos curiosos se acercaron y levantaron con mucho cuidado los toldos… Sí, lo que sigue es historia conocida, dicen que estaban repletos hasta la cumbrera de ataúdes, de todo tipo y color los había… ¿Después?, si… recuerdo que se le acercó nuevamente el coronel con uno de esos teléfonos portátiles en la mano, se lo alcanzó, entonces habló con alguien…No, yo no escuchaba, pero por la forma como gesticulaba con el otro brazo, parecía que lo estaba reprendiendo muy severamente al que había llamado. Cuando terminó con la conversación telefónica lo observé más relajado, hasta se permitió sonreírle al coronel…Si, veo que está bien enterado y tiene buena memoria, pero eso sucedió como media hora después. Fue en la misma confitería en la que había revoleado las mesas antes. Me vio, me abrazó y como con alegría me dijo: “no hay nada que hacerle, en este país ni una guerra podemos hacer en serio. Por suerte me avisaron que voy a poder exportar esta mercadería a Croacia y Ecuador. Allí si que saben pelear y caer”. 

martes, 8 de mayo de 2012

No es moco de pavo


Fragmento de
 "Espéculo para armar" 
Libro inédito de Eduardo Wolfson


Relato de 
Nepomuceno Crespi 
a Crónica TV

-Mi cuñadito el cholo, señorita, se electrocutó en la obra, el pobre dejó viuda y cuatro hijos. Imagínese el dolor de mi esposa que era su hermana. Ahí nomás, mi otro cuñado, el Ceferino, y yo, nos tomamos unos vinos para estar con fuerza. Una vez afirmados, nos fuimos como un rayo hasta la empresa constructora. No se lo voy a negar, al principio no nos daban boliya. Usted vio como es la gente rica. Nosotros somos humildes, pero eso sí, incapaces de tocar un centavo ajeno. Pero como le venía diciendo. Estábamos con el Ceferino en silencio, mascando la bilis de la indiferencia, cuando nos recibió el Ingeniero. El hombre, como si fuera uno de nosotros, nos estrechó su mano bien apretada, acompañándonos el sentimiento. En la misma jeta, se le notaba el dolor que le había producido la infausta noticia. ¡Imagínese!, no llegaba a los treinta y dejó viuda y cuatro hijos. Cuando pudo hablar, el ingeniero, nos dijo que todos los gastos del sepelio se pagaban con el seguro de la compañía, que eso mismo le dijéramos a quien nos atendiera en la cochería. Se la hago cortita mire. De allí, ya más tranquilos, nos fuimos hasta esa que hace tanta propaganda ¿vio?...esa que tiene un nombre largo...Organización de la Tras-cen-den-cia. ¡Lo dije, me costó pero lo dije! Bueno, la cosa es que esa gente tiene un negocio que parece un plato volador vea. Me llamó la atención, que sobre las paredes plateadas, aparezca un montón de fotos con todos los generales del gobierno y ese joven que aparece en todos los avisos de la cochería...¡Ese mismo, el Bernardino Espéculo. Fíjese, que con el Ceferino estábamos viendo como se abrazaban en las fotos, cuando una chica alta, muy bien plantada y con un andar de potra buena, nos pide que la sigamos. Yo le apreté el brazo al Ceferino porque me di cuenta que estaba a punto de desbocarse, y para que negarlo, para sofrenarme también yo. Porque la situación sea triste, uno no deja de ser hombre, ¿No le parece?.... Nos hace entrar en una salita chica, donde solo hay tres sillones muy muyidos y una mesita enana. Nos sentamos primero, y ella, en frente nuestro hace lo mismo, pero cruzando las piernas, lo mismo que la Yaroneston le hace al maiquelduglas, el hijo de quir, en esa pelicula de los lugares bajos. Ya le dije, somos hombres, y un pelo de ahí..., tira mucho..., pero mucho más. Así que mientras la pendeja nos hablaba, el Cefe y yo, mirábamos la otra cara. Empezó a hacernos preguntas y a llenar una planilla, eran todas cosas que nos ofrecía para el velatorio del Cholo. A todo le decíamos que sí, total el ingeniero nos había dicho que la empresa pagaba. Y por otra parte, no venía nada mal llenar a una muerte tan al cuete, con algo de dignidad. Aunque más no sea, mire lo que le digo, para que la viuda y sus hijos guarden un buen recuerdo.  El asunto es que la rubia puso el sí, a un listón que medía como media cuadra. Ahí había cosas como sanguches de miga, cajón de palo rosa, una música de un tal yuber, chicas con ropa cortita que te acariciaban cuando llorabas, una cara nueva para el Cholo, una filmación de todo el día, un lote en un gran jardin, para que el infortunado de mi cuñadito retoce y muchas...pero muchas..., cosas más, que nosotros ni sabíamos que existían en este mundo. El asunto es que la chica volvió a descruzar las piernas y el Cefe y yo volvimos a desorientarnos. Entonces fue que aprovechó la muy ladina para pedirnos, que le lleváramos las escrituras de dos lotes en Villa Luzuriaga, que el Cefe y yo pagamos durante diez años, con la idea de hacernos unas casitas, y con una sonrisa, nos hizo firmar en blanco un pilón de documentos. Nos dijo que eso era como una garantía, que ni bien pagara la empresa lo devolvían. Demás está decirle, esta chica, que enseguida le trajimos todos los papeles, porque nosotros somos pobres pero cumplidores. Bueno, la cosa es que se armó el velorio, realmente con el Cholo hicieron un trabajo de artistas. Le pusieron un esmoquin rojo con una solapa llena de lentejuelas, le dibujaron un jopo brilloso mezcla del Valentino con el Presli. A la viuda la vistieron de largo y le pusieron unos aros y un collar muy brillante. La verdad que estaba preciosa, que si no se hubiese tratado del velorio de su difunto, yo creo que más de uno le hubiese hecho propuestas no muy decentes, usted me entiende. Cuando las chicas empezaron a acariciar, los llorones crecieron en forma increíble. La comida y la bebida, para decir la verdad, corrieron como canilla libre. Cuando al día siguiente, ya aclaraba, lo pararon al Cholo sacándolo del cajón, nos metieron a todos rodeándolo, pusieron una gran torta de varios pisos en el centro con muchas velas encendidas, nos hicieron gritar tres urras, y luego, apagamos las velas. Yo le aseguro que nunca vi algo así, le pregunté a una de las chicas, que era lo que festejábamos, y entonces,  oí otra vez esa palabra tan difícil..., tras-cen-den-cia. Al Cholo no volvieron a guardarlo, lo pusieron junto con la viuda y sus hijos en un coche gigante, uno igual al que usa el padrino tres en la película. Los otros consanguíneos y amigos, los seguimos en la caja de un camión embanderado con los colores de Boca. Mi cuñadito era fanático de Boca. Aunque yo soy de River me pusieron la bincha de Boca y al Cefe un gorro con tres puntas azul y amarillo. Cantando cantos de tribuna llegamos hasta el campo “Perdurar”. Allí, al Cholo lo sentaron en una silla de ruedas eléctrica. La pusieron a andar sola por un camino rodeado de jardines con flores. Los demás, seguimos a la silla hasta que se paró. Lo hizo justo donde había un asado, que todos los presentes compartimos. Con la panza llena de achuras y tinto, nos fuimos despidiendo del Cholo, que las chicas acariciadoras llamaban con otra palabra difícil, algo así como: an-fi-treon.
El día después, fuimos con el Cefe a ver al ingeniero, para pedirle que apure los trámites, para que nos devuelvan las escrituras y los documentos. ¡Ahí la sorpresa fue grande! Resulta que el hombre nos desayuna, que lo que la empresa va a pagar es lo que le da el seguro, y cuando nos dice cuánto, nos queríamos caer de espaldas. No alcanzaba ni para un canapé de esos que nos habíamos comido. Se lo juro señorita, como que me llamo Nepomuceno Crespi, no sé cuántos años más tendré que vivir debajo de la autopista, pero a ese señor Espéculo, le voy a pagar hasta el último centavo de las cifras con los que llenó esos documentos. El hombre se lo merece, porque el Cholo no ha muerto, se da cuenta, está en la tras-cen-den-cia..., y eso ¡cuesta!

sábado, 5 de mayo de 2012

No es moco de pavo


Correspondencia De Bernardino Espéculo con su madre, hallada en  "Espéculo para armar" libro inédito de Eduardo Wolfson 

Mayo de 1976 

Mamita:
Ya estoy en Suiza. Esta dolorosa ausencia, me sirve para descubrir y descubrirme. He averiguado por ejemplo, que maderas como el palo rosa, el lapacho y el jacarandá, que tanto abundan en la Argentina, son muy buenas para construir féretros de calidad.
Consultando en una biblioteca inglesa, supe que los Indios Ayoreos del Chaco boreal, creen en signos que anuncian la muerte de un individuo. Por ejemplo los gritos del zorro: según se parezcan a una voz femenina o masculina, anuncian la muerte de un hombre o una mujer. Para el duelo, el familiar sobreviviente acos­tumbra a cortarse dos centímetros el cabello, ¿no te parece fascinante? Al cadáver lo entierran envuelto en una manta en posición decúbito lateral pero en cualquier lugar. ¡Si ya sé!, me vas a decir que los indios Ayoreos son hoy una mi­noría y sobre todo en la ciudad. Estoy de acuerdo, pero hay que tener en cuenta a las minorías y sus diversidades para brindarles un buen servicio. La empresa debe tener un desarrollo  transversal, pero también vertical, y no pienso parar hasta la clonación. (1)
Mamá, sé que papito está todavía disgustado por aquel susto que le provoqué de muchacho. Susto que me obligó a alejarme del país. Por favor, tratá que no me guarde rencor. Toda esta vuelta al mundo sirvió para afirmar mi vocación. Comunícale, que a mi regreso, esta vez como hombre, podré serle útil a él y a mi país. Te envío un fuerte abrazo.
Tu hijo que te adora. Bernardino.
PD. Empujá al viejo para que invierta en bosques con las maderas que te nombré. El esposo de Laura, me comentó en París, que el mismo Estado nos puede subsidiar para el desmonte y comprar la producción. (2)
Notas:
(1)       la palabra clonación en el joven Espéculo, muestra que más allá de los extremos, en su pensamiento virginal se gesta ya, un primer acercamiento a la idea de la trascendencia.

(2)       El Licenciado Luís Abelardo Mc’ Donnals, compañero de estudios, en el extranjero, de Bernardino Espéculo, comenta en sus memorias de traslados: “enormes esfuerzos me demandaron, poder contener a Bernardino, al enterarse, que en tiempos próximos pasados una empresa llamada La Forestal, arrasó los bosques que él necesitaba  para su acumulación originaria”.

Se parece al poema



 Huecos
Cada vez hay más huecos en mi memoria.
Se me dificulta para armar este rompecabezas.
Entre recuerdo y recuerdo trato de tender un puente sobre el hueco.
Me esfuerzo y solo consigo sacudirme por dentro.
Otros me miran algunos intentan consolarme con palabras.
Palabras que las aprecio semejantes a mis huecos.
Queda claro que mis huecos son de la memoria,
pero las palabras provienen de la indiferencia.

Me confundo al narrar los acontecimientos.
Estoy seguro que aquello lo soporté durante la primera dictadura de mi vida.
Pero luego dudo hay datos en la realidad que no cierran con la época.
Pudo haber sucedido entonces en la segunda o tal vez en la tercera.
¿Es probable qué me haya ocurrido en las tres?

Estelas de sirenas intentan alcanzar el puente que tracé sobre los huecos.
Ahora que la neblina se hace menos densa veo los Ford Falcon que las llevan.
Me canso el sudor en mi espalda indica un esfuerzo malogrado.
Ahora los huecos en mi memoria me alejan de la ira.

Sin embargo el puente que hilvané para unir huecos se reemplaza.
Aparece una película que me tiene como protagonista.
En sustancia son imágenes que se yuxtaponen.
Imágenes que sincopado y despacito van creciendo aquí.
Despacito y sin tapujos se incorporan a esta despreciable fauna.
Una película que invade mis huecos y tiene olor a muerte.
Sincopado y despacito está naciendo aquí entre tantas palabras miserables.
Sincopado y despacito está naciendo aquí en la usura de mil bombas.
Crece en los huecos un lugar incierto lleno de dioses.
Sincopado y despacito crece como león que han comprado la eternidad.
Sincopado y despacito está naciendo en mis huecos, con sonido a hueco.


Eduardo Wolfson


martes, 1 de mayo de 2012

No es moco de pavo


Nuevo fragmento de

"Espéculo para armar"

Libro no publicado de Eduardo Wolfson por ausencia de editor.

“El viejo maestro”. Entrevista a Thadeo Urdido Exxel Emeric  por Edgar Salicilico, Trabajo de investigación periodística sobre la reconstrucción histórica de episodios, que han tenido como protagonista al Licenciado Bernardino Espéculo (1)

Para Santos Lugares esta arquitectura es atípica. Un gran cerco rodea al jardín, se nota que la falta de mantenimiento, lo ha convertido en una selva casi impenetrable. Desde ella, parten aullidos lastimosos y aromas fétidos. El exterior de la casa, permanece oculto detrás de las malezas. En la sala, varios animales expuestos parecen conservar la vida, algunos incluso como al acecho, preparados para atacar.  En un ángulo, casi en la oscuridad, vislumbro a una mujer joven desnuda.
·        Era mi esposa.

Me vuelvo siguiendo la procedencia de aquella voz, que se asemeja a un eco cavernario. No tengo dudas, es Thadeo Urdido Exxel Emeric.
·        Murió súbitamente a los 24 años, hace exactamente cincuenta -me dice-     Era tan bella que me opuse a dejarla partir, así que la embalsamé. Me llevó meses finalizar el trabajo, pero logré que permaneciera eternamente. Estar junto a ella es mi placer más enorme, me hace sentir vivo.

El hombre lleva un pantalón pijama raído con los bajos embarrados, unas pantuflas de abrigo perforadas en las puntas y un guardapolvo gris desprendido, que deja a la vista, parte de una musculosa agujereada.
Con mi pañuelo, saco las pelusas amontonadas sobre una de las mesas, coloco mi grabador. Tratando de sobreponerme al sitio lúgubre y a su espectral anfitrión, resuelvo presentarme:
·        Soy Edgar Salicilico, escribo sobre la vida de Bernardino Espéculo y sé que usted lo frecuenta.

Mi interlocutor, usa un trapo sucio y arrugado para secarse el sudor de la frente. Se quita los anteojos negros, el gesto me ayuda a reconocer un pequeño temblor en sus manos, pienso que es un parkinson leve.
·        Bernardino es mi mejor cliente, -me explica- pero verá, yo soy bastante pirómano, y creo que he quemado todos los documentos que le podrían interesar.
·        no me interesan tanto los documentos, como su memoria.
·        yo embalsamo cuerpos, no recuerdos.

Haciendo la primera pregunta, pienso que evito, que el viejo pícaro se me vaya por las ramas:
·        ¿En qué circunstancias conoció a Bernardino?
·        fue hace mucho tiempo..., era una cena de intelectuales
·        ¿de intelectuales?
·        Claro, Bernardino es un licenciado y poeta, y aquí, como me ve, yo he escrito varios libros, pero como le dije, ni bien los acabo los quemo. También soy artista plástico y embalsamador de todo aquello que camine.
·        ¿cuándo fue la fiesta?
·        Hace mucho..., creo que en el primer trimestre del 77
·        ¿Quién organizó la reunión?
·        No me acuerdo bien, pero fue en la misma casa de gobierno.
·        ¿Allí, lo conoció al Licenciado Bernardino Espéculo?
·        exacto..., me lo presentó el general
·        ¿Qué general?
·        ¿¡cómo dice!? No lo escucho bien.
·        le pregunto sobre el general que los invitó.
·        del nombre no me acuerdo, pero era alto, flaco y creo que tenía unos bigotitos. Él fue el que me regaló esa estatua que está en el jardín. En mi    juventud yo la admiraba desde los ventanales del bar Británico, lucía tan     sola en aquel frondoso Parque Lezama.
·        ¿Recuerda algo más de esa cena?
·        si, hubo un montón de gente que no fue invitada y se enojaron mucho conmigo.
·        ¿Por qué?
·        no sé, seguramente por envidia, usted vio como es este ambiente. 
·        ¿sobre que charló con Bernardino aquella noche?
·        el muchacho se mostraba muy ansioso por hablar conmigo, y tuvo suerte, lo sentaron a mi lado.
·        ¿ansioso?
·        Claro, su padre se estaba muriendo, y quería que yo, lo embalsame usando una técnica muy especial
·        ¿cómo abordó el tema?
·        eso no lo olvidé. Me extendió un cheque y  en forma imperativa me dijo: “Cuándo muera mi padre, que yo le avisaré, usted lo embalsamará dos veces. La primera le llenará de olores el cuerpo  para conservarle las apariencias de la vida y la segunda, le inyectará en las venas todos los líquidos antipútridos que sean necesarios para que dure, pero además, tendrá que cambiar su posición, como para sentarlo en una silla de ruedas”.
·        ¿Y usted que le respondió?
·        estreché con fuerza sus manos, y le dije: no se preocupe por nada joven, y dígale a su padre que lo espero con los brazos abiertos.

Notas
(1)       Pocos días después de realizada esta nota, Edgar Salicílico desapareció de los lugares que solía frecuentar. Sus compañeros, opinan que se encuentra como corresponsal viajero secreto, entre La NASA e Irán. Por otra parte, Thadeo Urdido Exxel Emeric, a pesar de haber tenido solo un encuentro con él, expone en su selvático jardin una estatua sorprendente, ya que representa al mismo Salicílico, con medidas y rasgos, totalmente fieles con el periodista real. La investigación iniciada sobre la vida y obra de Bernardino Espéculo quedó inconclusa.