martes, 1 de mayo de 2012

No es moco de pavo


Nuevo fragmento de

"Espéculo para armar"

Libro no publicado de Eduardo Wolfson por ausencia de editor.

“El viejo maestro”. Entrevista a Thadeo Urdido Exxel Emeric  por Edgar Salicilico, Trabajo de investigación periodística sobre la reconstrucción histórica de episodios, que han tenido como protagonista al Licenciado Bernardino Espéculo (1)

Para Santos Lugares esta arquitectura es atípica. Un gran cerco rodea al jardín, se nota que la falta de mantenimiento, lo ha convertido en una selva casi impenetrable. Desde ella, parten aullidos lastimosos y aromas fétidos. El exterior de la casa, permanece oculto detrás de las malezas. En la sala, varios animales expuestos parecen conservar la vida, algunos incluso como al acecho, preparados para atacar.  En un ángulo, casi en la oscuridad, vislumbro a una mujer joven desnuda.
·        Era mi esposa.

Me vuelvo siguiendo la procedencia de aquella voz, que se asemeja a un eco cavernario. No tengo dudas, es Thadeo Urdido Exxel Emeric.
·        Murió súbitamente a los 24 años, hace exactamente cincuenta -me dice-     Era tan bella que me opuse a dejarla partir, así que la embalsamé. Me llevó meses finalizar el trabajo, pero logré que permaneciera eternamente. Estar junto a ella es mi placer más enorme, me hace sentir vivo.

El hombre lleva un pantalón pijama raído con los bajos embarrados, unas pantuflas de abrigo perforadas en las puntas y un guardapolvo gris desprendido, que deja a la vista, parte de una musculosa agujereada.
Con mi pañuelo, saco las pelusas amontonadas sobre una de las mesas, coloco mi grabador. Tratando de sobreponerme al sitio lúgubre y a su espectral anfitrión, resuelvo presentarme:
·        Soy Edgar Salicilico, escribo sobre la vida de Bernardino Espéculo y sé que usted lo frecuenta.

Mi interlocutor, usa un trapo sucio y arrugado para secarse el sudor de la frente. Se quita los anteojos negros, el gesto me ayuda a reconocer un pequeño temblor en sus manos, pienso que es un parkinson leve.
·        Bernardino es mi mejor cliente, -me explica- pero verá, yo soy bastante pirómano, y creo que he quemado todos los documentos que le podrían interesar.
·        no me interesan tanto los documentos, como su memoria.
·        yo embalsamo cuerpos, no recuerdos.

Haciendo la primera pregunta, pienso que evito, que el viejo pícaro se me vaya por las ramas:
·        ¿En qué circunstancias conoció a Bernardino?
·        fue hace mucho tiempo..., era una cena de intelectuales
·        ¿de intelectuales?
·        Claro, Bernardino es un licenciado y poeta, y aquí, como me ve, yo he escrito varios libros, pero como le dije, ni bien los acabo los quemo. También soy artista plástico y embalsamador de todo aquello que camine.
·        ¿cuándo fue la fiesta?
·        Hace mucho..., creo que en el primer trimestre del 77
·        ¿Quién organizó la reunión?
·        No me acuerdo bien, pero fue en la misma casa de gobierno.
·        ¿Allí, lo conoció al Licenciado Bernardino Espéculo?
·        exacto..., me lo presentó el general
·        ¿Qué general?
·        ¿¡cómo dice!? No lo escucho bien.
·        le pregunto sobre el general que los invitó.
·        del nombre no me acuerdo, pero era alto, flaco y creo que tenía unos bigotitos. Él fue el que me regaló esa estatua que está en el jardín. En mi    juventud yo la admiraba desde los ventanales del bar Británico, lucía tan     sola en aquel frondoso Parque Lezama.
·        ¿Recuerda algo más de esa cena?
·        si, hubo un montón de gente que no fue invitada y se enojaron mucho conmigo.
·        ¿Por qué?
·        no sé, seguramente por envidia, usted vio como es este ambiente. 
·        ¿sobre que charló con Bernardino aquella noche?
·        el muchacho se mostraba muy ansioso por hablar conmigo, y tuvo suerte, lo sentaron a mi lado.
·        ¿ansioso?
·        Claro, su padre se estaba muriendo, y quería que yo, lo embalsame usando una técnica muy especial
·        ¿cómo abordó el tema?
·        eso no lo olvidé. Me extendió un cheque y  en forma imperativa me dijo: “Cuándo muera mi padre, que yo le avisaré, usted lo embalsamará dos veces. La primera le llenará de olores el cuerpo  para conservarle las apariencias de la vida y la segunda, le inyectará en las venas todos los líquidos antipútridos que sean necesarios para que dure, pero además, tendrá que cambiar su posición, como para sentarlo en una silla de ruedas”.
·        ¿Y usted que le respondió?
·        estreché con fuerza sus manos, y le dije: no se preocupe por nada joven, y dígale a su padre que lo espero con los brazos abiertos.

Notas
(1)       Pocos días después de realizada esta nota, Edgar Salicílico desapareció de los lugares que solía frecuentar. Sus compañeros, opinan que se encuentra como corresponsal viajero secreto, entre La NASA e Irán. Por otra parte, Thadeo Urdido Exxel Emeric, a pesar de haber tenido solo un encuentro con él, expone en su selvático jardin una estatua sorprendente, ya que representa al mismo Salicílico, con medidas y rasgos, totalmente fieles con el periodista real. La investigación iniciada sobre la vida y obra de Bernardino Espéculo quedó inconclusa.   

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