sábado, 12 de mayo de 2012

No es moco de pavo


El siguiente capítulo pertenece a: "Espéculo para armar" Libro inédito de Eduardo Wolfson
Entrevista a Empresario inmobiliario Cordobés 
por FM local.
-Me parece que solo estuvo 3 veces en la ciudad. Por lo menos, yo solo lo vi en 3 oportunidades…La primera vez, llegó hasta la inmobiliaria acompañado por un Coronel del regimiento, que ahora se me escapa el nombre… Si claro, era del regimiento de la ciudad.
El señor Espéculo estaba interesado en adquirir unas cuántas hectáreas de tierra en la zona. Buscaba, me dijo, algún campo alejado del centro urbano. Yo justo tenía unas tierras de poco valor que llenaban esos requisitos, se las mostré y se las vendí…. No, eso no sabría decirle, tendría usted que interrogar al profesional actuante en ese momento. ¿Cómo?...no yo no puedo informarle si pidieron que se escriture por el doble de lo que se vendió.
No señor se equivoca, mi misión terminó con el boleto de compra y venta y el cobro de la comisión correspondiente…Sí, recuerdo que me dijo que lo utilizaría como campo de sosiego. Yo, todavía contra mis intereses, le señalé que eso era muy grande y muy inhóspito para gozar el descanso. Él se sonrió, me saludó y se fue.
La segunda vez que vino fue cuando inauguró en esas tierras el cementerio privado, que él nunca lo llamó así… Claro que me invitó a la inauguración. La mayoría de los asistentes eran locales….Sí por supuesto, toda gente importante. Políticos, militares, las cámaras empresarias, periodistas y la Iglesia con el obispo y todo. …Sí señor, la explosión se produjo una semana después de la inauguración, y al otro día, lo vi por última vez.
No me voy a olvidar nunca, se agarraba la cabeza, se lo veía muy perturbado, estaba fuera de sí. Recuerdo que al coronel que lo acompañó la primera vez hasta mi oficina lo volvió loco, se acordó con todas las palabras que tiene el diccionario, de su familia incluida la amante. Decía: “pero hay que ser P…para bombardear una ciudad de esta manera, y que prácticamente no haya una multitud de caídos en combate”...No lo que se dice explicación, en el momento no dio ninguna, pero no dejaba de despotricar, hablaba solo, decía que perdió la cabeza cuando se le ocurrió hacer una operación semejante con provincianos. Que éramos ineficaces, que solo servíamos para tomar té de peperina… ¿Cómo dice? … Sí eso sucedió al rato. Una enorme caravana de camiones entró a la ciudad, los toldos que cubrían los acoplados tenían una inscripción…haber déjeme recordar…, ah sí, creo que era algo como que la “Organización Profesional para la trascendencia acompañará eternamente a los pobladores de Río Tercero en su nuevo camino”. Imagínese, nosotros no entendíamos nada, pero él cuándo vio los transportes, con una violencia inusitada empezó a revolear las mesas de la mejor confitería…sí no se preocupe no voy a decir el nombre, lo entiendo, sería publicidad y se la cobran a usted.
Mire no es porque yo lo diga, pero de ese exabrupto de este señor Espéculo, media ciudad fue testigo. Cuando se le pasó la viarasa, salió y paró a los camiones como para darles alguna directiva. Ahí muchos curiosos se acercaron y levantaron con mucho cuidado los toldos… Sí, lo que sigue es historia conocida, dicen que estaban repletos hasta la cumbrera de ataúdes, de todo tipo y color los había… ¿Después?, si… recuerdo que se le acercó nuevamente el coronel con uno de esos teléfonos portátiles en la mano, se lo alcanzó, entonces habló con alguien…No, yo no escuchaba, pero por la forma como gesticulaba con el otro brazo, parecía que lo estaba reprendiendo muy severamente al que había llamado. Cuando terminó con la conversación telefónica lo observé más relajado, hasta se permitió sonreírle al coronel…Si, veo que está bien enterado y tiene buena memoria, pero eso sucedió como media hora después. Fue en la misma confitería en la que había revoleado las mesas antes. Me vio, me abrazó y como con alegría me dijo: “no hay nada que hacerle, en este país ni una guerra podemos hacer en serio. Por suerte me avisaron que voy a poder exportar esta mercadería a Croacia y Ecuador. Allí si que saben pelear y caer”. 

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