sábado, 5 de mayo de 2012

Se parece al poema



 Huecos
Cada vez hay más huecos en mi memoria.
Se me dificulta para armar este rompecabezas.
Entre recuerdo y recuerdo trato de tender un puente sobre el hueco.
Me esfuerzo y solo consigo sacudirme por dentro.
Otros me miran algunos intentan consolarme con palabras.
Palabras que las aprecio semejantes a mis huecos.
Queda claro que mis huecos son de la memoria,
pero las palabras provienen de la indiferencia.

Me confundo al narrar los acontecimientos.
Estoy seguro que aquello lo soporté durante la primera dictadura de mi vida.
Pero luego dudo hay datos en la realidad que no cierran con la época.
Pudo haber sucedido entonces en la segunda o tal vez en la tercera.
¿Es probable qué me haya ocurrido en las tres?

Estelas de sirenas intentan alcanzar el puente que tracé sobre los huecos.
Ahora que la neblina se hace menos densa veo los Ford Falcon que las llevan.
Me canso el sudor en mi espalda indica un esfuerzo malogrado.
Ahora los huecos en mi memoria me alejan de la ira.

Sin embargo el puente que hilvané para unir huecos se reemplaza.
Aparece una película que me tiene como protagonista.
En sustancia son imágenes que se yuxtaponen.
Imágenes que sincopado y despacito van creciendo aquí.
Despacito y sin tapujos se incorporan a esta despreciable fauna.
Una película que invade mis huecos y tiene olor a muerte.
Sincopado y despacito está naciendo aquí entre tantas palabras miserables.
Sincopado y despacito está naciendo aquí en la usura de mil bombas.
Crece en los huecos un lugar incierto lleno de dioses.
Sincopado y despacito crece como león que han comprado la eternidad.
Sincopado y despacito está naciendo en mis huecos, con sonido a hueco.


Eduardo Wolfson


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