Cherofa interpela y algo más ...
Por Eduardo Wolfson
Ese día, Cherofa fue una aparición en Diógenes,
nadie recuerda haberlo visto entrar. Pero ahí estaba, con los vaqueros sucios
de siempre, su camisa negra de botones blancos y los lentes oscuros cubriéndole
la mitad del rostro. Dejó en el piso dos paquetes gigantes de apuntes para
entregar. Se abalanzó sobre Passos aprisionándole el cuello con sus manos. Su
voz aguda descargaba puteadas que languidecieron de apoco, mientras los testigos
volvían de la sorpresa a la normalidad. Paco y Pepe desprendieron los brazos de
Cherofa. Passos sofocado, pudo por fin
respirar profundamente y restablecer su juicio: “Pero ¿qué te pasa pibe? ¿A que se deben esos improperios?”. La
interrogación, con duda y con sorna tranquilizó los ánimos. Cherofa contestó
agitado: “le presentaste un tipo a la Clara y le dijiste que estaba
enamorada de ella”
Passos,
recuperado, pidió gruyere cortadito y ensartó la última aceituna. A una ráfaga
de silencio pensativo, inició el diálogo:
-
¿Y tiene algo de malo eso?, ¡Cherofa!
-
Sos un hijo de puta, no tenés derecho a jugar así con los sentimientos de una mina paralítica, ¡Passos!
-Claro,
según vos, una paralítica no tiene derecho a sentirse mujer, ¡Cherofa!
-
No digo eso, digo que sos un degenerado. ¿No te da lástima la pobre mina? ¡Passos!
-
¡¿Qué?!, ¿sos boy-scaut? ¡Cherofa!
-
Pero no te das cuenta que la fabricaron para un melodrama, ¡Passos!
-
¿Por qué decís eso? ¡Cherofa!
-
Es paralítica, huérfana, con una hermana que es una psiquiatra rica y la
desprecia. Estudia psicología. Un tachero, solo la bajó del coche cuando ella
aceptó chupársela. Para colmo, en el único lugar donde puede vivir, es en una
pensión rasposa, donde entra sin ayuda con la silla de ruedas porque no tiene
umbral. ¿Si esto no te parece un melodrama? ¡Passos!
-
Entonces, según vos, los que están para el melodrama tienen prohibido vivir el
amor, ¡Cherofa!
-
No seas turro, la mina es paralítica y vos la ilusionás al pedo, ¡Passos!
-
¿Ella te contó que yo le presenté un tipo? ¡Cherofa!
-
sí, recién en el hall de la facultad, ¡Passos!
-
¿Y cómo estaba? ¡Cherofa!
-
Me preguntó si era verdad, la pobrecita. Y yo no sabía que decirle, ¡Passos!
-
¿Y cómo estaba? ¡Cherofa!
-
Como estaba ¿qué? ¡Passos!
-
Claro, ¿tenía las crenchas de todos los días?, ¿usaba esa polera sucia que le
mantiene las tetas en el estómago? ¡Cherofa!
-
No. Está peinada y con el pelo brillante. Ahora que lo decís, me parece que
tiene pintados los ojos, ¡Passos!
-
¿Viste? ¡Cherofa!
-
¿Qué? ¡Passos!
-
La ilusioné, se sintió mujer y está usando sus armas de seducción. En cambio,
para vos, es tan solo una paralítica, ¡Cherofa!
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