sábado, 14 de febrero de 2015

Fragmento de novela

"Los Comesandwich"
 Inédita de Eduardo Wolfson

Conversación en el 

Centro de la 

conspiración

-Viste Tata que todo está saliendo a pedir de boca, sin tanto expediente.
- Sí Boni, lo admito, sos un genio, aunque me parece que se te fue la mano con los 130 funcionarios desaparecidos.
- Es que se imponía dar un gran puñetazo para tapar los chanchullos de tu presi y sus amiguitos.
- Nunca voy a entender como lo lograste
- Es lo más simple. Los guías por el mundo con el presupuesto de sus respectivas oficinas, y los movés de acuerdo a un mapa aéreo, atento de tener a los 130 siempre en diferentes escalas.
- vuelvo a repetirlo, sos un genio.
-Todo lo demás fue mucho más sencillo. La causa la hicimos caer en manos de un juez garantista. Logramos que el Jefe general del operativo sea un viejo Comisario oficinista, experto en informes, con los dedos más ágiles del país sobre las Lexicon 80. El juez se declaró competente pensando en las glorias del proceso, y como no entendía un pepino, formó comisiones, que a su vez formaron subcomisiones, o sea que este fue el germen de la gran burocracia que embretó al caso. Después algunos Comesandwich presos, las investigaciones, los allanamientos, los informes, la búsqueda del autor intelectual y de paraderos, contribuyeron a las declaraciones de testigos especiales, desde un adivino que trabajaba para la federal, hasta una soprano medio puta retirada, que en su juventud fue seducida por Rembrandt, el viejo comunista de los comesandwich. Cuando la burocracia funciona, no hace falta que nosotros metamos manos. Reconozco que los yankis siempre hablan de daños colaterales, en cambio nosotros, podemos hablar de beneficios colaterales. Por ejemplo, durante el juicio, hice poner una mesita frente a las catacumbas, y a un chabón, mano de obra desocupada, para que le cobre entrada a los turistas, que querían encontrar alguna pista sobre (Alias Carlitos), el presunto Jefe.
- Nunca pensé que se pudiera arrancar esas garras malditas de la opinión pública que atenazaba nuestras políticas.
- Las políticas de las manos en la lata Tata.
- Boni, vos sabés que con nuestros sueldos no alcanza.

- No lo se pero lo imagino, por eso, para que la opinión pública se distraiga mientras introducían los garfios en su bolsillo, hice que se moviera en otro sentido la opinión publicada.

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