lunes, 23 de abril de 2012

Manual práctico del discurso


DISCURSOS PARA MÉDICOS (primera parte)






            Queridos profesionales de la salud: así como muchos jueces suelen decir que hablan por sus sentencias, ustedes pueden hacerlo a través de su parte médico. Si bien este modo de expresarse, puede parecer ético, honesto y apropiado al juramento hipocrático hecho en su momento, resulta totalmente improcedente para el marketing y promoción de sus facultades. Es decir: que si usted opta por callar se expone a juicio por mala praxis sin haber existido jamás. Si usted opta por hablar, se expone al mismo juicio, pero firmando autógrafos y ganando millones.
            Supongamos doctor, que usted es directivo de un afamado sanatorio privado, de esos que tienen un servicio de hotelería y gastronomía de cinco estrellas. Siente su ego más que satisfecho, al experimentar que su actividad profesional dispone de una base sólida para el desarrollo. Pero ¡ojo! estimadísimo galeno, ya lo dijo un anciano, célebre,  de barba blanca: "lo sólido, a veces se esfuma en el aire".
            Usted no puede dormirse en los laureles cuando su vida y trayectoria se encuentran en permanente amenaza. Suponga que un fin de semana cualquiera, su imponderable nosocomio es elegido, por una vedette famosa que ha caído en desgracia, para internarse de urgencia. O peor aún, que el lugar de la vedette lo ocupe un ex jugador internacional de fútbol, amado y odiado por distintas Barras bravas de club's. ¿Está usted seguro que tanto su establecimiento, cómo sus recursos humanos, se encuentran habilitados para contener semejante situación? De no ser así, su servicio cinco estrellas, se convertirá sin etapas y en un segundo, se lo garantizo, en un servicio cinco cruces.
            Vamos, no lo tome a mal y veamos que variables debemos sopesar:
1) seremos invadidos por: periodistas, público, parientes, cholulos, otros internados, parientes de otros internados y por supuesto, la o el paciente.
2) Batería que disponemos para manejar la invasión: partes médicos, voceros, especialistas, personal de seguridad, de limpieza, enfermeros.
            Doctor, si usted se queda relajado porque sabe que dispone de todos estos recursos humanos para frenar el pandemonium, permítame que le diga, y no se ofenda, pero usted mi distinguido facultativo se ha quedado en la medicina del 45. Tenga en cuenta la época que nos toca transitar. Antes, el pase a la inmortalidad de una figura trascendente lo anunciaba una voz engolada por la radio, y al día siguiente, en las necrológicas de los matutinos se destacaba una semblanza llena de ternura y de tristeza sobre el vacío que provocaba la ausencia del finado o finadita. Pero en la actualidad, mi garboso catedrático, el mundo comienza a planificar el desenlace, aún antes que se produzca la insinuación del primer callito en la personalidad, que algún día, acogerá un lecho en su notoria corporación. Lo que deseo explicarle, y tiene que entender, mi noble sacerdote del arte de curar, es que su éxito, no pasa por la defensa de la vida, sino por el mantenimiento de la propiedad, que las candilejas y las luces del centro, que otrora, le han hecho mal a alguna jovencita de los arrabales, hoy encandilan todo el escenario, y por más crisis energética que haya, no se apagan nunca. Por eso, para estar a salvo, debe cambiar en un abrir y cerrar de ojos sus criterios de elección. Deseche sin pestañear al mejor de los cirujanos, y en su reemplazo, emplee los servicios de un escenográfo con experiencia, de un buen iluminador y sobre todo, un coreógrafo full-time que contribuya a la estética de la circulación en escena.
Resultará indispensable que el personal bajo su mando, ya sean estos, profesionales o auxiliares, luzcan impolutos. Este exabrupto, solo se obtiene con atuendos, hábilmente diseñados, para ser capaces de exhibir una imagen corporativa potente y vigorosa, por lógica consecuente, también saludable.
No es conveniente que la sala de conferencias de su establecimiento, sea tomada por asalto por los medios de comunicación. Para ello, recomiendo colocar una cartelera sumamente extensa, anunciando exposiciones a toda hora, a cargo de personalidades internacionales del mundo de la medicina. Con esta medida y dos guardaespaldas, la prensa, no tendrá otra alternativa que quedarse en la vereda, incluso cortar la calle, lo que provocará un efecto multiplicador de miradas, que traducido a un lenguaje publicitario: diré que le redituará “el más bajo costo por punto de contacto”.
Cuando se tenga que hablar con la prensa, siempre sea usted el vocero, pero  rodeado por su equipo de especialistas. Las primeras palabras, serán hilvanadas, reconociendo el esfuerzo de los movileros por informar, y al mismo tiempo, excusándose por no poder brindarles una información lo suficientemente clara, debido a las circunstancias coyunturales de la terapia
Ejemplo <Comprendemos la necesidad que tienen ustedes por informar, por eso ordené que se les entregara un parte médico sobre la evolución que registra la salud de nuestro querido paciente. Por las pocas horas que han pasado desde el suceso, no puedo ampliarles mucho más de lo ya escrito
Dentro de su estado delicado, experimenta una sólida mejoría, encontrándose lúcido. Su estado de ánimo, es controlado desde el momento de la internación, por el equipo exclusivo de terapeutas del establecimiento. Debo aclararles que el celebre deportista, recibe de parte del equipo del nosocomio (con su mano, dibuje un abanico abarcando a los colegas que lo rodean), la misma atención que cualquier otro ser humano, fieles a la filosofía que siempre nos ha guiado, la cual podemos resumir en estas palabras “Servicio y amor a nuestra comunidad”. >

            Un médico que se precie de tal, puede ignorar las claves de la salud, pero lo que no puede dejar de lado en el siglo XXI es su habilidad con el marketing. 
Eduardo Wolfson

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