jueves, 13 de septiembre de 2012

No es moco de pavo


Marzo de 1984. 

Entrevista sorpresiva a Bernardino Espéculo.

Efectuada por movilera radial, en las cocheras de la 
Organización Profesional para la Trascendencia.

Periodista    -¿Es Licenciado en ciencias mortuorias?
Bernardino  - Así es.
Periodista    -¿Dónde obtuvo el título?
Bernardino - En Suecia.
Periodista    - No es una vocación común.
Bernardino -De hecho, soy el único en el país.
Periodista    -¿Encontró en el título lo que buscaba?
Bernardino -No, yo busco la trascendencia.
Periodista    - Por la trascendencia ¿montó esta multiempresa?
Bernardino - Fue absolutamente necesario realizar una penetración                                  vertical en el tema.
Periodista    - ¿Por eso lo de las fábricas de ataúdes, lo de los bosques                            madereros y los cementerios privados?
Bernardino -Así los llama usted, tal vez influenciada por una campaña de                          prensa maliciosa, que desde los comienzos han desatado sobre mi persona.
Periodista    -¿Maliciosas por cómo nombramos sus “penetraciones”, o por lo que muchos opinan acerca de su enriquecimiento, dicen que proviene por colaborar con la dictadura?
Bernardino -Eso, es una más de las infamias que me toca soportar. Usted me preguntó
recién, si mi título es el espejo de mi vocación. En realidad, mi búsqueda estuvo siempre
dirigida a encontrar las culturas no difundidas.
 Muchos, al conocer mis inquietudes,  pasaron a ser enemigos acérrimos y desleales.
Por todos los medios quisieron desacreditarme. Algunos, pensaron que un explorador de
culturas no difundidas, permanecía asediado  por el afán de comunicarlas, y para ellos, 
el solo descubrimiento de una cultura no difundida, significaba el comienzo de su disolución.
Estos pequeños pensadores, se convirtieron en enemigos por ingenuidad, pero otros, como
los directivos de las Cámaras y asociaciones de tanatorios, vieron en la Organización
Profesional para la Trascendencia, el nacimiento de una competencia rapaz. La gran mayoría,
ha intentado destruirme por su propia mediocridad. 
En cuanto a mis penetraciones, como usted insidiosamente las llama, le digo que yo no
fabrico ataúdes, sino sitios de confortable y estético reposo, no poseo cementerios, son
predios de disposición final para algunos y expansión para  sus allegados. Como puede
apreciar, siempre nos enfrentamos a una corriente universal y otra telúrica. Yo fui el elegido
para  visualizar un equilibrio entre ellas. Fue así que encontré mi propia corriente.
Periodista    -La eléctrica.

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