miércoles, 20 de junio de 2012

No es moco de pavo


Documentos extraídos del trabajo inédito de Eduardo Wolfson 
"Espéculo para armar"

4 de abril de 1977. Solicitada de AFA
             Publicada en los diarios Nación y Clarín.
           
   “Que no les vendan gato por liebre”

A nuestros usuarios:
La semana pasada, hemos asistido mudos y aterrorizados, a un manipuleo espectacular sobre la opinión pública, que pone en tela de juicio nuestras tradicionales ceremonias y costumbres, con las cuales, a lo largo de nuestras vidas civilizadas, respetamos el dolor de quiénes han perdido seres queridos, y procedemos sin fantochadas, a darles un adiós último y digno, embebido en los pactos preexistentes.
La Asociación Funeraria Argentina” (AFA), se obliga a advertir a la comunidad sobre estas prácticas amorales e ilegítimas, ancladas en filosofías extrañas a nuestro sentir nacional, que pretenden desde ahora instalarse en nuestra patria, tratando de desarticular, cada eslabón de nuestra férrea e histórica estructura.
Por lo expuesto, aclaramos:
1) No reconocemos a la llamada Organización Profesional para la trascendencia, como integrante de esta ya centenaria asociación.
2) AFA acusa a dicha Organización, de pertenecer a la sinarquía internacional comunista, intentando penetrar en los nodos culturales de nuestro pueblo para proceder a su destrucción.
3) Mediante una oferta variada y desusada de servicios, dicha Organización ilegal, pretende corromper a cada uno de los individuos de esta sociedad, destruyendo al átomo como lo hace la energía nuclear.
4) Es nuestro deber anunciar, que no existe ninguna licenciatura en ciencias mortuorias reconocida en el país. Por lo tanto manifestamos, que el señor Bernardino Espéculo se encuentra cometiendo el delito de ejercicio ilegal de la profesión y de abuso de título no habiente.
5) Afirmamos, una vez más nuestra vocación de servicio, y que AFA, continúa llamando a las cosas por su nombre: nuestros establecimientos son cocherías, en ellos se velan a los difuntos. Asociaciones hermanas, como las de carruajes, son las encargadas del traslado del muerto, y sus deudos, hasta el destino final, que no es otra cosa que un cementerio, donde se produce la despedida, según las siguientes modalidades: entierro, nicho, bóveda, panteón o cremación.
6) Que nuestros usuarios no se llamen a engaño. Después de la vida sobreviene la muerte, y son las instituciones reconocidas, como la nuestra, las que regulan su ejercicio.
                                        Émerito Parrondo Presidente AFA

Carta al Director del diario La Nación, con pedido de publicación

Sr Director:
Con esta carta, pretendo desagraviar al Licenciado Bernardino Espéculo, o sea, que mi intención, no es otra que reparar el agravio que ha sufrido este compañero de ruta, a través de una solicitada aparecida en el prestigioso medio que usted preside, digna de ser publicada en el último pasquín. Dicho elemento injurioso está firmado por la (AFA), institución funeraria de tradicional raigambre en nuestro país. Este conglomerado de pompas, parece necesitar un chivo expiatorio para legitimar su artera mediocridad. En el mencionado epigrama malicioso, califica a las prácticas del amigo Bernardino como “amorales e ilegítimas, ancladas en filosofías extrañas a nuestro sentir nacional”. Puedo asegurarle señor Director, a usted y a sus lectores, que no existe nada más falso, insidioso y alejado de la única verdad. Nuestra vieja Constitución, que se encuentra bien guardada con las urnas, señala en su preámbulo, que estas tierras podrán ser habitadas por personas, cualquiera sea su credo o su color. El amigo Bernardino, no hace otra cosa, que brindar a esos autóctonos o extranjeros, ante un dolor irreparable, una resucitación de los mejores valores, según las tradiciones de cada grupo. La AFA, en su delirio, dice que: no existe ninguna licenciatura en ciencias mortuorias, reconocida en el país, y que Bernardino, se encuentra cometiendo el delito de ejercicio ilegal de la profesión y de abuso de título no habiente. Nada más descabellado. Nuestras carreras, si bien son disímiles en cuanto a su objeto, reconocen en Suecia un ciclo básico común, que en su momento, he compartido con Bernardino Espéculo. Esta situación, no solo me condujo a conocerlo como la persona altruista que es, sino también, al compartir su labor, pude valorar su responsabilidad profesional. El título existe, y si no se reconoce en el país, señores de la AFA, es porque ustedes se quedaron en 1810, año en que fundaron su institución. Aceptar el cementerio como lo hacen ustedes, no es otra cosa que consolidar la paz de los sepulcros, es como si yo, con mi titulo, hiciera una defensa de los basureros a cielo abierto. Vayan al diccionario señores de la AFA, y tengan en cuenta que desaparecer, es solo no aparecer, disiparse, esfumarse, evaporarse. Desaparecer, como científicamente lo expresa el Licenciado Espéculo, es “la tramitación por la cual se anula una muerte” A buen entendedor, sobran las palabras.
Sin otro particular, saludo a Ud., quedando a la espera de sus gratas órdenes
                                            Sir Luis Abelardo Mc/Donald’s
                                   Lic. en desperdiciología multicausal



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