sábado, 31 de agosto de 2013

Capítulo denovela

"Siempre que llovió..." 
        Capítulo XXXII
Obra inédita e inaudita de Eduardo Wolfson


Cuando el canal capitalino transmitió las imágenes del descuido, el Intendente, se vio acorralado.
Sintió que aquellas telarañas sobre el prócer, televisadas a todo el país, significaban su tumba política si no reaccionaba de inmediato. Necesitó calmarse, buscar en su verborrea las palabras justas, que lo asistan para colectivizar las culpas, para desactivar una posible sanción personal.
Como un ciudadano más ganó la calle, entendiendo que iba a ser rodeado por periodistas, algunos movileros, y muchos lameculos, que alabarían frente a la opinión pública: “la actitud altamente democrática del hombre político que no teme mezclarse cotidianamente con el llano”.
Al ser asediado, se detuvo, arrugó el entrecejo, y al distenderlo, impuso en la atmósfera una voz intima, casi de confidencia:
-Un colega de ustedes, a quién no culpo, porque creo que es muy difícil si no se vive en nuestra ciudad, comprender los sentimientos de sus habitantes, y como ellos, los expresan. - Se interrumpió, para hacer un paneo de sus oyentes y continuó exhibiéndose generoso-
Este periodista, tal vez sin intención, confundió a la opinión pública nacional acerca de las actitudes de nuestros vecinos y su gobierno, a través de un comentario perverso, valiéndose de imágenes desconcertantes, tomadas al monumento que en homenaje a nuestro fundador, nuestros abuelos han cristalizado en la plaza central.
Digo que no lo culpo porque confundió la verdad. Sus ojos captaron telarañas y excrementos de paloma, ello le bastó para acusar a esta comunidad y su gobierno de descuidados, de pragmáticos, de antipatrióticos, de ser irrespetuosos con nuestro pasado, arrojando sus valores en el lodo.
Yo le digo a este decidor equivocado que no lo culpo, pero que después de mi explicación, espero como hombre de bien, enmiende en forma pública sus palabras, sin dar más trascendencia a este episodio. -Otra detención, los ojos cerrados y un gesto meditante-.
Pues bien, nuestro prócer fue un ser humano y convengamos, que a todos los hombres que han luchado por la patria, cuando se les ha hecho el monumento, se los ha separado del resto, quitándoles la dimensión humana.
El héroe, se entrelaza con las generaciones posteriores mediante una escultura fría, como lo son hasta ahora sus materiales, casi siempre mármol y bronce. Debo admitir, que esto es lo que sucedió también aquí, la gente pasa a su lado, y movilizada por sus preocupaciones cotidianas, no lo mira, no se siente conmovida por una figura helada, no le atrae tocarla, ni por su temperatura, ni por su altura.
En todo caso yo tengo que agradecer al colega de ustedes por su agudeza visual, que descubrió para todos nosotros esas telarañas que envuelven el bronce, porque ellas simbolizan la protección, es una trama en movimiento que se rehace, es una obra de arte que cuida la vida.- Abrazó a los reunidos con la mirada, y agregó:
Tal vez mis argumentos, a ustedes no les digan mucho, a lo mejor se acumulan en sus oídos como palabras aisladas, casi sin sentido. Pero les pido que en lugar de transferir estas palabras a sus cabezas, las lleven a sus corazones, entonces encontrarán la coherencia de los sentimientos.
Como lo he anunciado en mi última conferencia, este monumento será trasladado a la entrada de la ciudad, será montado en un lugar clave, para ser expuesto sin vergüenza a los ojos de todos, y así, mostrarle al mundo lo orgulloso que estamos de ser la progenie de este hombre inmenso que ha librado un sin fin de batallas, dejando para los tiempos su huella indeleble, en cada terrón de esta tierra maravillosa. En su lugar, como también lo he anunciado, quedará en pocos días más, entronizada una obra escultórica en homenaje a esa niña que ha sintetizado, tan bien para todos nosotros, el valor inmenso de estas jornadas tan difíciles, que como comunidad, nos toca atravesar. Me refiero a Virginia, la protagonista de esa tragedia que enaltece espíritus y los solidariza.
La obra, donación que hace el artista a la ciudad, está concebida en materiales modernos, que no son solemnes como el bronce, ni fríos como el mármol. Su textura es tan agradable que nos va a tentar acariciarla, a estar en su cercanía, a protegerla. Es de esta forma que se puede realizar un homenaje trascendente, sin perder por ello, su dimensión humana.

El intervalo fue lo suficientemente corto como para permitirse respirar, con un semblante pétreo miró a todos, levantando ambos brazos frenó las preguntas por venir. Su monólogo recomenzó con una ocurrencia repentina, y que sintió para sí, como un espléndido negocio.  
-En estos momentos, mi gabinete se halla abocado al estudio de un sistema de calefacción que se adapte al monumento, para que no pierda su calidez en los meses invernales y continúe atrayendo al público.




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